domingo, 17 de julio de 2011

Dios ha muerto. Lo enterré hace unas semanas.

Probablemente no sea hoy el día en el que tengo que publicar aquí. Me toca el Lunes.
Sin embargo, hoy tuve de esas reflexiones que dan y que no puedes dejar pasar.
El texto de hoy causará probablemente polémica.
Y es que no muchos acostumbran hablar de religión.
Para mí, es como hablar de economía.

El sabio, idolatrado y satanizado Nietzsche diría que Dios, está muerto.
Cito su comentario. Y lo aplaudo.
Dios no está muerto. En realidad, nunca existió.
Por lo menos no para los pensadores.
Por lo menos no para los actualmente mal-llamados "ignorantes", "satánicos" y demás acusaciones sin sentido alguno.
Si pudiera definir a Dios, diría que es solo, un ego.
Un ego muy pequeño, que imaginó su grandeza.
Un ego tan pequeño, que el solo creó un enemigo y muchos seguidores.
Dios es un ego tan pequeño, que fue creado por alguien mas.
Dios es algo tan insignificante, que no depende de sí mismo. Depende del pensamiento y acto de una persona, igualmente pequeña.
Dios depende de alguien.
Ese alguien, depende de Dios.
Un ciclo que se cumple constantemente, cuando no se logra reflexionar en serio, sobre el término mal usado de Dios.
No es ninguna figura superior al hombre.
No es omnipotente.
No es omnipresente.
No es omnisapiente.
Dios no es nadie.
Dios es la representación del ego, inversamente proporcional al autoestima de quien cree en el.
Dios es un delirio de grandeza, hecho deidad.
Dios es solo la representación de los débiles.
Personas que no logran ver que sin Dios, también pueden resolver sus problemas.
No los culpo. No del todo.
No culpo a aquellas personas que piensan que rezarle a la nada, sirve de mucho.
No culpo a aquellas personas que tienen una vida vacía y encuentran consuelo en algo creado por el ego y mucha imaginación.
Dios, ante los ojos de los que lo profesan, es un negocio.
Dios esta muerto. Dios no existe.

Por hoy, es todo. Espero recibir sus críticas, dudas, quejas, sugerencias o insultos a insane_trip@hotmail.com y con gusto responderé.

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